Secretos de El Bierzo – 5 leyendas del Bierzo

Estrenamos esta nueva sección de los Secretos de El Bierzo con 5 leyendas bercianas.

En todas partes existen leyendas, no podía ser diferente en El Bierzo, una tierra cuyos orígenes son celtas y romanos. Una tierra atravesada por El Camino de Santiago. Una tierra rica en oro y otros minerales. Una tierra llena de misterios y secretos. Una tierra que os iremos descubriendo desde nuestra sección del Blog de Guías Bierzo.

Las leyendas son una tradición que pasan de boca a boca, de abuelos a nietos y que no deben perderse.

¡Quédate para descubrir estas 5 leyendas de la Comarca de El Bierzo!

LA LEYENDA DE LAS 7 HERMANAS

Cuenta esta leyenda, que poco después de aparecer los restos del Apóstol, siete jóvenes hermanas realizaban su peregrinación a Santiago de Compostela, pero, al llegar a
Foncebadón, la hermana pequeña se quejaba de múltiples heridas en sus pies, así que, la hermana mayor, decidió hacer una parada para descansar y así poder curarle esas
heridas.
Las otras hermanas, como eran muy curiosas, decidieron pasear por la zona, mientras la hermana pequeña estaba siendo curada. La hermana mayor, tras llamarlas, y no obtener respuesta, salió a buscarlas, dejando a su hermana pequeña descansando en una fuente.
Mientras tanto, la hermana pequeña despertó y al encontrarse sola, se adentró en el bosque, intentando encontrar a sus hermanas, al ver que no aparecían, llegó al bosque de
Manzanedo de Valdueza. El resto de hermanas, viendo que no se encontraban unas a otras, se dispersaron por todo El Bierzo, quedando maravilladas de sus paisajes. La hermana mayor, buscándolas, se encontró a un pastor, que le aconsejó subir a lo alto de la montaña de la Guiana (Aquiana). Desde allí, pudo verlas brillar por todo El Bierzo, construyéndose en cada lugar en el que brillaban, una ermita para que nunca más se volviesen a perder: Ermita de la virgen de la Peña de Congosto, Ermita de la Vírgen de las Nieves de Valdeprado, Ermita de Fombasallá, Ermita de la Virgen de Valdescayo, Ermita de la virgen de las Angustias, Ermita de la virgen de la Encina y Ermita de la Virgen de la Aquiana.

LA LEYENDA DO DEMÍN DE PARAXÍS

En el pueblo de Parajís (Paraxís), Balboa, se encuentra la única talla de un demonio en España. “O demín de Paraxís”, del cuál no se conoce su origen. Este está custodiado en
su ermita, la cual tiene dos altares, uno dedicado a este ser y el otro dedicado a San Miguel, el Ángel de la Guarda, y cuya llave tiene el único habitante del pueblo.
Cuentan los habitantes de la zona que, en las fiestas del pueblo, se sacaba en procesión al Ángel, pero nunca jamás se sacó al demonio, al que también se veneraba y respetaba. Hasta que un día, unos jóvenes ebrios, entraron en la ermita y para burlarse de la imagen de “o Demo”, lo cogieron y lo sacaron cantando y riéndose, y, de repente, el demonio  saltó al suelo y de allí a un castaño, los jóvenes exhaustos por lo que acababan de ver, consiguieron cogerlo, y lo volvieron a meter en la ermita. Fue entonces cuando
escucharon una voz grave, que decía “todos los que hoy aquí estáis moriréis de una muerte no natural”, y así fue, uno a uno, los jóvenes fueron muriendo por causas
extrañas. Desde entonces, los vecinos de la zona dicen que es mejor adorar a “o Demín” que ir en su contra.

LA LEYENDA DE LA CORZA BLANCA

Cuenta la leyenda, que en la comarca de Ancares, en un caserón muy antiguo, vivía una doncella, a la que se le había impuesto casarse con un noble en un matrimonio de
conveniencia, pero ella en realidad amaba a un joven de la zona que nada tenía que ver con riquezas ni noblezas. La joven no iba a renunciar a su amor verdadero tan fácil, por
lo que un día decidió escapar, al caer la noche y apagarse la lumbre, con tan mala suerte, que el infortunio decidió acabar con su vida. Uno de sus hermanos salió en su busca,
pero todo lo que se encontró fue una hermosa corza blanca muerta. Ante tal aparición, el joven curioso, no pudiendo cargar con el cuerpo de ese increíble hallazgo, decidió
cortarle una pata para que lo creyesen de vuelta al caserón. Al llegar, abrió el zurrón donde traía el tesoro y no podía creer lo que estaba viendo. La mano humana de su hermana.
Desde entonces, se decidió que en todos los hogares debería mantenerse el fuego encendido día y noche, para así alejar los malos augurios y evitar que la corza blanca regresase por su pata.

LA LEYENDA DEL CAMPO DE LAS DANZAS

En todas partes hay leyendas de aquelarres, cazas de brujas, hechiceras y meigas, que haberlas «haylas», así que en El Bierzo, estas leyendas no podrían ser menos.

Cuenta la sabiduría popular, que lo que hoy en día conocemos como Campo de las Danzas, antiguamente era un lugar en el que se celebraban aquelarres de brujas. Éstas se
reunían conjurando y volando sobre las hogueras que hacían. Mientras que desde los valles del Bierzo la gente se protegía con hojas de laurel, dientes de ajo y agua bendita
diciendo: si eres bruxa te arreniego, si eres demo, vaite a o Infierno. Un día una de esas brujas, conoció a un molinero, enamorándose profundamente, pero no podía ir con él porque era bruja y él no la aceptaba, así que ella decidió rezar a la Virgen de la Encina para dejar de ser una bruja y poder vivir su amor. No se sabe si la bruja consiguió su propósito, ante la duda, muchas personas siguen protegiendo sus ganados y sus casas como antaño.

LA LEYENDA DEL AGUA

En El Bierzo hay cientos de relatos relacionadas con el agua, todos ellos incluyen tesoros, xanas, ninfas o doncellas. Eso es debido a que la mayoría de fuentes son de
origen romano.
En esta ocasión, nos vamos a centrar en una antigua historia de una fuente situada en la localidad de Canedo (sí, el lugar donde se encuentra el conocido Palacio de Canedo, de
Prada a Tope). En esta localidad, se encuentra una fuente de época romana, La fuente de la Encina, y como muchas, esta guarda su secreto. Cuenta la leyenda, que los romanos, aprovechando las canalizaciones para sus explotaciones, construyeron fuentes en varios puntos de la comarca, y en la fuente de Canedo, escondieron tres tinajas a sus pies, que guardaban oro, plata y veneno, las cuales servían para proteger esas aguas, evitando que los ladrones quisiesen cogerlas, pues no sabían cuál de ellas llevaba el veneno, puesto que las tres tinas eran iguales, y de confundirse, ese veneno, contaminaría a todo el pueblo y acabaría también con la vida de esos rateros.

 

¡¡Cuéntanos qué te han parecido estas leyendas del Bierzo y si conoces alguna más!!

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